El capo de una red de corrupción masiva. El tesorero
multimillonario y evasor profesional de un partido político vinculado a la
trama. Una ministra que no se enteraba de que algunos de sus viajes privados -Suiza, Laponia, EuroDisney-, así como
fiestas de cumpleaños o facturas de primeras comuniones corrían por cuenta de
alguien que no era ella ni su marido. O ex marido. Un presidente de diputación, encausado por prevaricador, al que le tocaba el gordo de la lotería una y otra vez. Un miembro
de la Primera Familia del país que se había forrado con sus manejos de una
fundación ‘sin ánimo de lucro’. Un presidente de la patronal que acabaría en
chirona por tremendo chorizo. Un largo listado de banqueros (o cosa semejante) que
habían amasado fortunas fabulosas gracias a su capacidad para llevar a la ruina
a las entidades que dirigían y hundir en la miseria a miles y miles de pequeños
ahorradores. Un precioso Jaguar que de pronto aparece aparcado en el garaje del
chalet de la despistada ministra, sin que ella se sorprenda ni pregunte el
porqué de tal aparición. Un consejero de Sanidad que defiende con fervor que se cambie la ley para permitir el consumo de tabaco en los casinos que un
magnate del juego (y todo lo que ello conlleva: mafias, droga, prostitución) va
a poner en marcha en la corte de los milagros... Y esto no es más que una
pequeña muestra. Si a ello le ponemos la música de la inolvidable serie Enredo, ya tenemos todos los capítulos
de la primera temporada listos para ser grabados y emitidos en prime time. ¿Qué
sorpresas nos depararán los nuevos episodios que los guionistas están
preparando para la siguiente temporada? ¿Quién entrará en la cárcel y quién
saldrá bajo fianza millonaria o indultado por quien puede hacerlo? ¿Se sentará
finalmente en el Consejo de Ministros el representante de los obispos, sin
derecho a voto pero con derecho a veto? ¿Qué oscuro fondo de inversiones se
quedará definitivamente con la joya de la corona: la Sanidad Pública
Privatizada? ¿Se condecorará en solemne acto privado a quienes generosamente se
hayan acogido a la amnistía fiscal? ¿Qué grupo de presión se llevará el gato al
agua y logrará que los programas El
Intermedio y/o Salvados sean
retirados de la parrilla televisiva? Veremos. Hoy, todo es posible en España.
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