viernes, 5 de abril de 2013

no estábamos preparados para esto



Definitivamente, se ha vuelto inviable entender la realidad si no nos servimos de algún filtro o artefacto que nos permita descodificarla, hacerla inteligible. Algo así como el cristal ahumado para observar los eclipses de sol. Dado el panorama que tenemos delante, una mirada sin protección no entendería nada, puesto que lo que aparece es una realidad ‘irreal’ que habla un idioma incomprensible, una abstrusa logomaquia, un parloteo inventado expresamente para oscurecer y ocultar. Por tanto, para entender, debemos dotarnos de alguna herramienta ad hoc; si no es así, estaremos perdidos. Dicho de otro modo: ver un telediario convencional no sirve de nada; al contrario, lo desenfoca todo, lo escamotea de un modo u otro. No estábamos preparados para esto. Para tanto esto. Valle-Inclán se sirvió del esperpento (Goya) para reflejar la realidad política y social de entonces (período de entreguerras). Lo formula así: “Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse en una estética sistemáticamente deformada”, asegura Max Estrella en Luces de bohemia. Cien años después, lo grotesco vuelve a ser norma con excesiva frecuencia, y, entre otros desórdenes, a las víctimas desahuciadas se les tilda de ‘violentas’ (¡nada menos!) por quienes, en el mejor de los casos, miran con displicencia hacia otro lado. Claro que a estos también hay que entenderlos y ponerse en su lugar: entiéndaseme, ‘es que esa gente ruidosa y ordinaria ya no le deja a uno ni embocar tranquilamente un hoyo en el club, o disfrutar como Dios manda de un dry martini mientras en la tierra batida se está produciendo un incomparable passing shot. Se están perdiendo las formas. Lástima’. Lo sé, hago un uso deliberado y 'torticero' de la demagogia para hacer inteligible algo, al menos algo, de lo que anda suelto por ahí. Se me dirá: ‘bien, vamos a dar por bueno que así fueran las cosas, pero... ¿qué propones? Porque la gente como tú, mucho bla-bla-blá y luego todo queda en na-de-ná.’ Vale, de acuerdo, lo admito. Con dudas, con reparos, propongo adoptar como fuente de información El Jueves, ‘la revista que sale los miércoles’. Y El Intermedio, de El Gran Wyoming (en La 6ª, de lunes a jueves a las 21.30 h.), para que, en efecto, después de las noticias nos enteremos de la verdad. Y sobre todo, propongo ver cada día (mejor a primera hora) la viñeta de El Roto. No sé si existe ya, pero, en el caso de que todavía nadie haya tomado la iniciativa, estoy pensando crear un club de amigos de El Roto, o cosa semejante. Aunque ya sé que él lo rechazaría con un sarcasmo feroz, cruel incluso. Me lo tendría merecido. Por listo. 

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