No sé si es manía o vicio, pero al pasar delante de un quiosco
no puedo evitar echar un vistazo a los titulares de los periódicos. Es un
impulso ingobernable, algo que responde a no sé qué atracción, pero lo
cierto es que al acercarme a un quiosco aminoro el paso y pierdo el hilo de la
conversación, o de los pensamientos que conmigo van si
camino solo. Todas las mañanas paso por delante de uno ante el que me detengo no menos de veinte segundos, tiempo
suficiente para leer los titulares de la prensa deportiva y de la otra, pero
leerlos al revés, pues el quiosquero coloca los mazos de periódicos en
dirección inversa a la mirada del paseante, y ello es
así con una sola excepción: La Gaceta,
la cual ocupa un lugar de privilegio y a favor de la mirada del peatón. Quizá
sea debido a ello que tengo muy desarrollado el arte de leer los titulares a
contragobierno, con los tipos patas arriba. Pero esta querencia mía a los quioscos no es más que una
parte del todo, un síntoma que revela mi afición a la lectura. La calle está
llena de palabras escritas, incluso de
frases enteras a las que es imposible sustraerse. Los comercios, las
marquesinas, los autobuses, los luminosos, los escaparates... son soportes
cargados de avisos, llamadas, reclamos o propuestas que la mirada no puede
rechazar. “Todo al 50%. Menú del día. Liquidación
por cese de negocio. Especialidad: patatas bravas. Próximo estreno en cines.” A
esa hora de buena mañana están cerrados el Ébano Nigth Club y la competencia,
el Blue Velvet, pero a cambio ya puede leerse, escrito en el cristal del bar madrugador:
“Desayuno con porras, churros, tostadas, bollería: 2€.” Los ventanales del BBVA
utilizan la imagen de Casillas para convencernos de que “Como Iker, hacemos fácil
lo difícil.” Y hablando de bancos, todo está relacionado con el dinero: por eso
aparece bien legible “Compro Oro”, y un poco más allá, “Western Union: Money
Transfer”. Sin tiempo para digerir las porras del desayuno, te sale al paso la pizarra
con el “Menú del día”. Apartas la vista de la “fabada asturiana” del menú y en
ese momento pasa el autobús dejando claro que "Hoy no me puedo levantar, Teatro
Coliseum". Aunque en la marquesina de la parada del bus descubres que la película Pacto de
silencio es “un thriller fascinante.” Luego aparece un “cerramos los lunes
por descanso del personal”, y después, directamente tres “se vende”
consecutivos, otra “liquidación por cierre”, un “Locutorio-Internet: descargas,
tarjetas, fax, liberamos móviles, envío de dinero” que precede a “+Visión: el fin de las gafas caras.” Y Mientras
el semáforo permanece en rojo, pasa un camión de la “Limpieza Verde” seguido
de otro del reparto de "Mahou Cinco Estrellas”. Luego viene “La Caixa:
presentes en tu fu[TU]ro”, y otra marquesina en la que Ed Harris y Annette Bening
protagonizan "La mirada del amor", allí
donde “la vida siempre te puede sorprender”. Más adelante, ya de vuelta a casa, tras
media docena de establecimientos cerrados , varios ‘se vende’, un “Thor, el mundo oscuro, 31 de octubre en cines”, después de todo eso
aparece un quiosco de la ONCE asegurándonos que “la ilusión nos permite ver”. Aunque
también la mirada del mirón se encuentra con una proposición de lo más
tentadora: “Por la otra puerta.”
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